sábado, 28 de agosto de 2010

A DIOS NO LO ASUSTAN CON HUEVOS

Belkis Cuza Malé

Escribo hoy este artículo por segunda vez. Cuando ya casi lo finalizaba, de súbito, se apagó la computadora. No me alteré, no grité, pero proclamé en cambio, el poder de Dios. Sabía que el Demonio había puesto su dedo en la computadora, intentando apagar mi mensaje a ustedes. No lo ha conseguido, sencillamente porque Dios todo lo puede. El espíritu de destrucción y negatividad no ha prosperado. El Señor Jesucristo ha intercedido ante nuestro Padre Celestial, a petición mía, y aquí estoy de nuevo, escribieindo este artículo para ustedes, queridos hermanos. Con Fe, con la fe que me concede el poder de Dios dentro de mí, pues he sido creada a su imagen y semejanza.
¿Y saben de qué les hablaba cuando la computadora se apagó?, pues sencillamente de ese poder. Les hablaba de algo que todos sabemos pero a veces olvidamos: que Dios es Amor. Amor infinito. Que Dios todo lo puede. Y que nuestra mente tiene que ponerse en sintonía con ese poder y desatar su fuerza sobre las fuerzas del mal.
Les decía que no hay nada que prospere en contra de la Fe, si la activamos, si nos ponemos en manos de Dios, si caminamos de su mano. Dios es Creatividad, sol y luna, cielo y azul. Y Dios está en ustedes todos llenándolos de amor. Salvemos el Amor, empecemos la mañana con Amor, y terminemos el día con Amor. ¿Y esos enemigos solapados que siempre tenemos?, me preguntarán. ¿Y esos que han hecho cosas contra mí, que han pagado a un brujo para que nos entierre en el panteón?, como dicen algunos de ustedes. ¿Y esos que han tirado huevos a nuestra puerta o a nuestros carros y nos odian y meten cizañas contra nosotros? ¿Cómo no voy a odiarlos?
Pues NO, sencillamente No. En lugar de odiarlos les digo: enviénle un pensamiento de Amor, de amor en Cristo. Perdónenlo 70 veces 7, perdónenlo, dijo Cristo, hasta el infinito. Un pensamiento de Amor recorre el espacio a más velocidad que la luz, está probado, y desarma a cualquier enemigo, y hace huir al Demonio. Lo ata. Atemos al Demonio, atemos a los espíritus del mal que nos rondan, que están intentando hacer daño todo el tiempo. El poder de Dios está dentro de nosotros, activémoslo.
Hoy, póngase el escudo de Dios, más poderoso que cualquier escudo de acero. Salga a la calle con su escudo. Sea todo amor. Sonría, envíe pensamientos de amor a diestra y siniestra. Recuerde llevar también en su bolsa, en sus autos, una copia del Salmo 91. Y de leerlo cada mañana.
Les comentaba también que somos lo que pensamos, somos lo que comemos, somos lo que querramos ser. Hay que limpiar la mente de pensamientos de odio, de negatividad, de envidia, de rencores, de palabras ociosas. Hay que llenar los ojos con la belleza del paisaje, con todo eso que Dios ha creado para nosotros.
Cuando usted manda un pensamiento de amor a ese supuesto enemigo, esa persona se siente inmediatamente tocada por el poder de Dios y comienza a reaccionar distinto. Comienza a poner en su mente una idea diferente acerca de usted, y se deshacen los resentimientos y las amarguras. A veces somos demasiado impresionables, incluso paranoicos. Vemos enemigos en todas partes, creemos que nos están mirando con envidia, que nos desean lo peor. Y a lo mejor no es cierto, es sólo producto de la inseguridad que a ratos nos acompaña. Desee todo lo bueno al otro, al supuesto enemigo. Dígale mentalmente: te amo con el amor de Cristo. Regálele una sonrisa. Tiéndale la mano, y si se presenta la ocasión dígale a esa persona: perdóname si te he ofendido.
¿Que no quiere o no puede darle la mano a su enemigo? ¿Que no se siente con valor ni ganas de hacerlo? Pues sepa que no se está humillando ante el otro, solamente está haciendo lo que Dios dice, perdonando. Sin perdón no hay amor. Y no diga como dicen por ahí: está bien, perdono pero no olvido. Si no olvida no estará perdonando. Olvidar es perdonar.
Vuelvo a lo del poder de Dios. Con Dios, con su infinito amor, todo lo podemos. Sólo que hay que acitivar ese poder dentro de nosotros. Dios quiere su felicidad. Dios no ha enviado al mundo esta crisis económica, Dios no le ha quitado su trabajo, ni sus casas, ni sus automóviles. Dios, amigo, no lo ha enfermado.
Dios le dejó al Espíritu Santo cuando Jesús se marchó. Y ese Espíritu Santo habita en nuestro cuerpo. Póngase a pensar en ese sitio que es la casa del Espiritu Santo. ¿Está limpio, lo barrió esta mañana del polvo, le dio de comer un alimento sano, llenó su mente de buenos pensamientos, oró al levantarse? Si la respuesta es positiva, si su cuerpo y su mente están libres de negatividad, y en cambio se ha llenado con la presencia de Dios, con su poder, tenga la seguridad que el Demonio nada podrá contra usted. Nada.
Prepárese para la jornada del día activando el paisaje de Dios. Mire por la ventana y contemple todo lo que El ha creado para nosotros: árboles, cielo, estrellas, ese sol y también esa hermosa nieve o lluvia. Todo. Bendiga con su pensamiento lo que le rodea. No importa si hay nubarrones en el cielo. !Qué hermosos nubarrones, que traerán luego la lluvia y tras la lluvia, la paz y la serenidad del paisaje! Dígase que hoy es más rico que ayer, y más saludable, más feliz. Así lo quiere ver Dios, rebozante de salud y de prosperidad física y espiritual. Lo quiere bueno y lleno de riquezas, las que El ha creado para usted.
Mientras activaba el poder de Dios sobre mi computadora, abrí la BIblia y encontré que tenía marcados unos versos del profeta Isaías que sin duda eran el mensaje que yo necesitaba del Señor. Decía: Esperaré, pues a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.
Pues, ya ven que mensaje tan oportuno. Así es el Señor, siempre hablándonos, enviándonos su Palabra. Pues que les sirva a ustedes también, para deshacer todos los temores, todos los miedos, y puedan ser felices todos los días de una larga y próspera vida caminando de la mano de Dios.
Gracias, Dios mío, porque devolviste vida a mi computadora y permitiste que pudiera hacerle llegar este mensaje de tu poder a todos mis queridos lectores.
Y para ustedes, gracias también por leerme, y muchas bendiciones.

Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos,
sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al (786) 975-5709 y oraré con ustedes. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
Les invito a que me visiten en mi blog: http://www.belkiscentrodeesperanza.blogspot.com/

martes, 24 de agosto de 2010

Volver a Dios
Belkis Cuza Malé

Hoy sé más que ayer, pero menos que mañana, me dijo alguien querido hace algún tiempo. Y me gustaría aplicar esa frase a nosotros mismos y preguntarme: ¿Soy mejor que ayer, y no tan buena como mañana? Atrás han quedado las sombras, siempre las hay. Otros dicen que mejor es vivir en el pasado. Mejor es vivir en Dios, digo yo.. Y para vivir en Dios hay que asumir dos cosas: que existe y que le amamos y lo obedecemos.
Hoy parece, sí hoy, que no son muchos los que lo obedecen. Sólo hay que voltear la cabeza: horror y pena alrededor, odio y envidia. Violencia. Lenguaje pornográfico. Amor prostituido. STOP, me digo a mí misma. Y me impongo el silencio.
Hay que cerrar la boca, el pico, como dirían los más vulgares, y centrarnos en Dios, que es esa luz positiva y divina que se cuela por la rendija del alma y que si la dejamos entrar nos da la sanidad y la plena satisfacción de vivir.
Pero hoy, más que mañana, tendemos a estar miedosos, deprimidos, tontos y lelos, como si no tuviésemos cerebro para llevar algo más que un sombrero, ni voz para cantar. Mientras podamos cantar, no importa si desentonamos, mientras podamos oir la música que baja del cielo, mientras podamos ver el paisaje cargado de colores y la luna nos regale su tesoro y el sol alumbre y derrita la nieve, nuestra mano, guiada por Dios puede transformar en felicidad toda la pereza que nos ha llevado a la depresión.
El pasado es nostálgico como un atardecer, que luego desaparece en lontananza para que amanezca. Hoy es un día nuevo, y todos los días son nuevos, como nuevo y eterno será el futuro. Porque hay vida eterna para todos los que aman, para aquéllos que hacen el bien y ayudan a los demás, incluso con una sonrisa, o un beso. Si no sabemos poner la mano sobre el hombre que sufre, si no sabemos perdonar, si no sabemos sonreir con cada amanecer o cada atardecer, incluso con cada día gris, lleno de sombras, habremos perdido nuestra capacidad de crear vida.
Por eso, mis queridos lectores, mis queridos hermanos, les propongo ahora, ahora mismo la lectura del Padre Nuestro. Esa joya que nos dejó Jesús para orar cada día. Si usted desea llenar su espíritu, le propongo que repita en voz alta, concentrándose en las palabras, en lo que dice, quince o las veces que desee, el Padre Nuestro. Esta es una oración directa al Padre Celestial. Léanla ahora, en el Nombre de Jesús:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos,
sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al
(786) 975-5709 y oraré con ustedes. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
Amén

miércoles, 28 de julio de 2010

Una fiesta para los creyentes: la Convención de los Ministerios Kenneth Copeland en Fort Worth
Hace ya más de quince años, cuando me mudé a Fort Worth, tuve una extraña sorpresa en el correo de la calle Altamesa. Entre mi correspondencia había una hermosa revista, a todo color, que ofrecía algo más que un logrado diseño: las buenas nuevas de Cristo, y su palabra. El magazine se llamaba Believer*s Voice of Victory, y tengo que confesar que al principio me sorprendió su contenido. El hombre que aparecía dubujado en aquellos comics, al estilo del oeste norteamericano, como un sherif imponiendo la ley, era nada más ni nada menos que Kenneth Copeland. Y las aventuras que se anunciaban para los pequeños estaban dirigidos por la Comandante Kellie, la hija de Copeland, un personaje que todavía hoy sigue siendo memorable aunque han pasado los años y todos hemos crecido.
Me hice asidua lectora al magazine, que me fascinaba por su
moderno diseño, pero sobre todo por los textos que allí leía, especialmente los de Kenneth Copeland y Gloria, su esposa. Copeland había fundado hace ya casi cuarenta años los Ministerios Kenneth Copeland, que están acentados en una hermosa y bucólica zona, a la salida de Fort Worth, en Newark, donde también está situada su iglesia.
A diferencia de muchos otros, el de Kenneth y Gloria Copeland son la modernidad misma en todos los sentidos. Desde el principio, me cautivó el modo especial de esta pareja para enseñar la Palabra de Dios y cómo aplicarla a la vida material y espiritual. Su prédica es una verdadera panacea para todo el que quiera caminar guiados por la mano de Dios, otorgándole a la Palabra ese espíritu de Fe que hará posible todos los milagros que esperamos. Y es que Kenneth y Gloria no son pastores al uso, no predican con la escuela vieja, ni nos meten miedo con un Dios que castiga. El suyo es
un Dios de Amor y Prosperidad. Ellos nos develan las fórmulas que otros llamarían irreverentes (algunos incluso los han acusado de falta de ortodoxia) pues esta pareja es parte importante de lo que se conoce como el Movimiento de la Fe. Discípulos de los predicadores Oral Roberts, fallecido hace unos meses, y de Kenneth Hagin, figura capital en el estudio e interpretación de la Palabra, los Copeland han levantado un imperio espiritual, un remanso de luz y amor que, guiados por Dios, disemina las enseñanzas cristianas en buena parte del mundo. No ha sido fácil para ellos, pero lo han conseguido.
Algunos recordarán el daño que ciertos televangelistas ocasionaron hace tres décadas a los cristianos, cuando sus vidas lujuriosas y llenas de ambiciones personales salieron a la luz pública. En medio de esta situación que parecería desventajosa para la creación de un nuevo ministerio, el de Kenneth Copeland no dejó de crecer y su programa televisivo alcanzar una audiencia de millones de hogares, que ha hecho posible la labor de expansión del ministerio y que la Palabra de Dios alcance sitios insospechados como Ukrania, en la antigua Unión Soviética, Australia, Inglaterra, y muchos otros puntos del planeta.
Además de su revista mensual y de su programa diario de
televisión de igual nombre, los Miniterios Kenneth Copeland celebran anualmente convenciones en varias ciudades importantes de este país. La más grande quizás es la que en agosto llevan a cabo en la propia ciudad de Fort Worth: Homecoming 2010 30th Annual Southestern Believers Convention. Así se llama, y este año se realizará desde el 2 hasta el 7 de agosto. Les aseguro que es una ocasión muy especial que tenemos los cristianos (entendidos por cristianos a todos los que creemos en Cristo) de llenarnos de regocijo con el espíritu de Dios. Una verdadera fiesta de luz y amor el poder participar de la convención y recibir la unción, esa energía divina que se manifiesta en nosotros cuando echamos a andar el motor de la FE. Y como si fuese poco, el martes 3 de agosto a las 7 PM se presentará en la convención el famoso cantante Randy Travis.
Escribo esto ahora para que todos los que me lean puedan tener la oportunidad de llegarse al Convention Center de Fort Worth y participar en las actividades de este evento cristiano. Jóvenes y niños también son bienvenidos con programas dedicados a ellos, donde aprenden a conocer a Cristo como su Salvador, mientras se divierten.
La entrada es absolutamente gratis y las puertas del Centro de Convenciones de Fort Worth, en el
downtown, estarán abiertas desde temprano en la mañana hasta que finalice el último predicador, en la noche. Pues también participarán Keith Moore, Jerry Savelle, Creflo Dollar y Jesse Duplantis, verdaderos maestros de las enseñanzas bíblicas. Y aquellos que necesitan sanación podrán asistir el sábado 7, a las 9:30 de la mañana, a la Healing School, a cargo de Gloria Copeland, que se ha convertido ya en pieza importante de la convención anual.
Vuelvo a recomerdarles, querido amigos, que no dejen pasar la oportundad de oir en persona a estos servidores del Señor, y de recibir la unción del Espíritu Santo. La sola asistencia a estos eventos obrará en ustedes cambios no sospechados. Se lo aseguro. El Señor espera impaciente por todos. Los tiempos son apremiantes. Pongan sus vidas y sus problemas en manos de Dios, y aprendan a tener Fe y a vivir sin miedo y a triunfar. Ya me contarán.

Para más información sobre los MInisterios Kenneth Copeland, visiten su web side: http://www.kcm.org/

Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos,
sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al (786) 975-5709 y oraré con ustedes. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
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sábado, 10 de julio de 2010


La gracia de Dios

Belkis Cuza Malé

Mi tía abuela Paquita lo sabía. Era una mujer que vivió siempre de un modo especial. A los cuarenta había dejado de mestruar y nunca pudo tener hijos. Pero no hizo de esto una tragedia, ni nunca la oí quejarse, por lo contrario, tenía siempre la casa llena de sobrinos, uno de ellos, mi padre.
Paquita era gruesa, de seguro por problermas hormonales, no porque comiese en exceso, aunque cocinaba como lo harían los ángeles si fuesen
chefs. Ordenada y limpia, tenía la costumbre de mantener siempre un almanaque cerca de la cocina y día tras día marcaba con una cruz el que estaba viviendo. Solía cultivar sus propias verduras en el patio, y hasta sembraba apio. Nadie como ella para hacer dulces, especialmente el dulce de toronja. Y hay que tener mucha paciencia para este dulce, pero a mi tía Paquita le gustaba tomarse el tiempo para hacer sus cosas. Nada de precipitaciones.
En la parte interior de la puerta de la sala colgaba como un trofeo la oración del Cristo del Buen Viaje, pero nunca le vi realizar viaje alguno. Desde la humilde casa de Guantánamo, que heredó de sus padres, hasta la más humilde aún que compró en La Habana, tras la venta de la otra -- las dos únicas casas de mi tía Paquita (de seguro las únicas en que vivió toda su vida)--, compartían su entusiasmo por el orden y la sencillez. El centro de la casa no era la sala, sino por el contrario la cocina, que se extendía hacia un comedor humanizado por su dedicación a todo lo que hacía, presidido por el antiguo y siempre eterno Frigidaire, color verde, que habían comprado hacia al menos entonces veinte años.
Cuando a finales de 1965, si mal no recuerdo, murió Faustino, su esposo, su vida no cambió en nada. Seguía siendo la misma, aunque ahora viuda y sola, lo que no fue pretexto para dejar de hacer lo que hacía siempre: ser la reina de la cocina y los postres, sobre todo, los postres en almibar. No sé cómo se las arreglaba para tener aquellos mantelitos y servilletas de hilo repujado, siempre blancos como coco, almidonados y planchados, y las cacerolas brillantes.
¿Y saben por qué se mantenía tan calmada y era su hogar refugio de la luz que entraba a borbortones por las ventanas? Pues sencillamente porque ella estaba dotada en abundacia de la gracia de Dios. Es decir, poseía una virtud especial que hacía que todo estuviese en su lugar y que las cosas las realizase poniendo en cada una de ellas su alma. Lo mismo que para sembrar tomates en su patio, que para hacer un dulce de coco. Mi tía Paquita conocía la máxima de la vida sencilla, la virtud que todo lo transforma: el amor a lo que se hace.
Si no pongo amor en cocinar una cacerola con arroz blanco, o en lavar un inodoro, o en sacudir una ventana, de seguro no sólo habré perdido preciadas energías, sino que habré dejado de disfrutar de esa parte sensible de la vida que es el hacer cosas para uno mismo y para los demás.
La vida es una cosecha de pequeñas cosas, de hábitos delicados y llenos de amor.
Sí, ésa es la palabra clave: Amor. Los niños ponen pasión y amor en sus juegos, por eso disfrutan con intensidad cualquier actividad, por eso pueden ser sinceros.
Está de moda tirar la casa por la ventana, como se dice, a la hora del matrimonio o de la fiesta de la quinceañera, pero la verdadera felicidad consiste en disfrutar de lo imperecedero, lo que no tiene precio: el amor, razón de cada celebración.
Eso lo sabía mi tía abuela Paquita: la gracia de Dios no la venden en Wallgreen, ni en ningún sitio. Tenemos que amasarla nosotros con nuestras propias manos, como esas tortillas caseras de los hogares mexicanos, o los tamales navideños en los que suele ponerse el corazón.

Nota: Lo ayudo con sus problemas de Amor, Salud y Prosperidad. Para solicitar una consulta conmigo puede llamarme al (786) 975-5709 o escribirme a BelkisBell@Aol.com. Mis consultas son gratis para aquellos que no tengan trabajo y estén pasando por una crisis económica. Esa es mi caridad para todos ellos.

sábado, 3 de julio de 2010

El fantasma del gran Saramago está en mi casa

Belkis Cuza Malé

Sí, incluso hay vida en las cenizas de un cadáver, porque como dice el poeta Francisco de Quevedo en su famoso poema, "Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado¨
Mira, se ha muerto el gran escritor portugués José Saramago. Y voy a confesarte algo: nunca lo he leído, jamás lo leí -- puedo decirlo casi sin verguenza--, porque me parecía un ideólogo de la mentira comunista. El Premio Nobel Saramago, porque le

dieron el premio más valioso del universo literario, se afilió al partido comunista y defendió siempre al gobierno tiránico de Fidel Castro (aunque una vez, sólo una vez, vaciló y se opuso a la tiranía cuando fusiló a tres infelices negritos). Yo tenía prejuicios contra Saramago. Me parecía tonto y por eso no lo leía. Pero a raíz de su muerte, hace unos días, miré sus fotos, consulté su blog, y de pronto, sentí una piedad extraña por él, como si su espíritu atormentado y ateo se me hubiera sentado al lado para pedirme perdón quizás por escribir contra la naturaleza y la existencia de Dios... Sí, así ha sido y ahora debe estar aquí.
Como si su espíritu de muerto en candela --porque aunque fue bueno en vida y en apariencia no hizo daño a nadie, se dañó a sí mismo con esa tosudez casi de campesino bruto, aunque él fuese hombre brillante-- hubiera volado hasta estas tierras, como pájaro en busca de nido.Casa de Saramago en Lanzarote

Pues bien, repito, se me ha colado en casa este nuevo Saramago, ya ahora puras cenizas, y por extraño que parezca, me gusta mirar su rostro de hombre al que la vejez no logró domeñar. Porque siendo viejo era joven. !Qué extraño!
He leído ya algunos de sus textos, pero todavía ninguno de sus libros. Dicen las críticas de amigos y enemigos que son extraordinarios, como su novela tan famosa El año de la muerte de Ricardo Reis Lo leeré, lo prometo. No porque no se pueda vivir sin haber conocido la obra de Saramago, sino porque su espíritu, o fantasma, como quieran, se me ha colado en casa, repito. Y hasta me da alegría ir a los periódicos españoles (en España lo adoran como a un mito) y recrearme con las fotos de su biblioteca en la isla de Lanzarote, en las Canarias. Tenía un espacio fabuloso, y allí mismo llevaron su féretro tallado con maderas preciosas, muy pulidas, y lo exhibieron por unas horas antes de que lo devolvieran a su Portugal original. En Lisboa le rindieron honores de rey, por escritor, no por comunista, antes de incinerarlo.
Pilar del Río, su mujer de veinte años, y casi treinta menos que Saramago, es otro milagro que me gusta ahora observar. Se casaron cuando ella tenía 38 y él 63, pero al contrario de lo que se podría presumir se amaron con intensidad hasta el final. Les aseguro que se amaron como marido y mujer y que ella, tan linda y entregada a su misión terrenal --la de ser el alma gemela de este hombre con espíritu inflamado por la búsqueda de Dios, aunque lo negase-- se ha dedicado en cuerpo y alma, y lo seguirá haciendo, a mantener vivo a Saramago. Yo también, pero de otro modo: quiero que una vez sentado a mi lado, junto a mi computadora, me diga qué pasó, en qué punto del universo está, ahora que su vida de éxitos, aunque plagada de contradicciones, se ha extinguido. Porque sin duda Saramago fue un hombre contradictorio, de éxito, aunque tardío. Y eso me gusta. Todo en él fue tardío. Hasta el amor. Pero esa tardanza fue gloriosa porque lo acercó al verdadero camino. A la vida plena, al amor pleno. Porque otra cosa sería mentir. Y no me importa ya su tosudez política, tan falsa como su ateismo. Sólo que él quería creer que tenía la razón. Porque confundía la justica con la caña de azúcar y el vino con la demencia que produce tostarse al sol en Lanzarote.
Ha muerto a los 87, peleando con la vida y con Dios. Ahora sé que me gustan mucho sus poemas (los que he leido) y también lo que escribía en su blog. Pero más me gusta saberlo aquí, a mi lado, intentando discutir conmigo sobre la existencia de Dios. Estoy acostumbrada a estas peleas, a estas morriñas por una vida sin Dios. Mi padre era ateo hasta minutos antes de su muerte cuando una prima postiza, ya casi en su lecho de muerte, le arrancó aquél sí, como cuando dos se casan. El se casó con Dios, estoy segura, en ese momento de su muerte.
Y sé que también Saramago, el hombre que desafiaba a Dios, escapó de este mundo de la mano de Jesucristo, el de los verdaderos evangelios, no él de su novela profana.
Voy a confesarlo aquí, yo también, alguna vez, escribí un poema profano, que he barrido con mi escoba (mágica y buena), de mis libros y que prohibo publicar, aunque le guste a los irreverentes.
Pero volviendo a este fantasma: Saramago, estoy segura, quiere contarme la historia de su salvación. Y yo voy a contárselas a ustedes todos, cuando él me confiese desde ese más allá eterno en que ahora vibra su alma, que Dios lo acuna como a un hijo pródigo que ha vuelto a la casa del Padre.

Nota: Lo ayudo con sus problemas de Amor, Salud y Prosperidad. Para solicitar una consulta conmigo puede llamarme al (786) 975-5709 o escribirme a BelkisBell@Aol.com. Mis consultas son gratis para aquellos que no tengan trabajo y estén pasando por una crisis económica. Esa es mi caridad para todos ellos.

miércoles, 9 de junio de 2010

INDOCUMENTADOS, RACISTAS, Y LATINOS
Belkis Cuza Malé

Leo la prensa en la computadora. Busco algo que no sé que és. Leo con avidez los periódicos de España. Algo debe andar pasando cuando yo, es decir, mi espíritu, anda ansioso, a la caza de alguna noticia. Las noticias no suelen ser buenas ni agradables. El mundo se perfila terrible, con rollos en los sitios menos conocidos. Muerte y desolación, intrigas políticas, gente desesperada buscando una solución a sus problemas. Me pregunto si siempre fue así, si siempre hemos vivido en la frontera del miedo, desandando lo que andaron nuestros antepasados, asomados a la ventana del horror. ¿Fueron mejores los tiempos pasados, los siglos, estos dos mil años de cristiandad? ¿O es que lo hemos inventado y nos hemos creido a salvo de la Historia, cuando en realidad lo que sucede es que tendemos al pesimismo, a clasificar la vida en escalones, que unos suben y otros bajan?
No, el mundo ha estado siempre repleto de vicisitudes, de problemas, de altercados y guerras. La Historia del Hombre es la historia del horror, así me dijo el Espírtu hoy, mientras reflexionaba sobre lo que es vivir en esta época.
Los terremotos, los huracanes, los deslizamientos de tierra, las inundaciones, los sunamis, las terribles heladas han existido siempre y han ido configurando el paisaje, incluso el paisaje humano. Las razas han ido evolucionando también, se han diversificado, y amalgamado unas con otras, pero así y tod
o no cesan de existir los que todavía presumen de pertenecer a razas superiores, como si eso fuese posible, como si Dios hubiese creado a un ser humano de categoría inferior. Ya se sabe que es una falacia pensar que e
l color de la piel, los ojos y el pelo hacen la diferencia. Pero el racismo parecería estar profundamente enraizado en la menta humana, de modo que solemos calificar con apodos bastante grotescos y feos a los otros, a esos que no forman parte de nuestra cultura, incluso entre los que compartimos la misma raíz latina. Los chistes racistas a costilla de éste u otro pueblo forman parte de la broma dicha, en apariencias, sin mala intención. Pero no dejan por e
sto de ser racistas. Y en este saco tendría cabida también la burla a los diferentes acentos.
Hay, pues, que aprender a ganar batallas y cómo lograrlo. Lo que está sucediendo en Arizona puede ser una muestra en miniatura de la mentalidad que anima a muchos a emprenderla contra los indocumentados en este país. Creo sinceramente que Estados Unidos tiene que controlar sus fronteras, claro, y que tanto
mexicanos como guatemaltecos, salvadoreños u hondureños --por sólo citar a algunas nacionalidades entre las que más emigran a este país-- deberían pensarlo dos veces antes de lanzarse a la aventura de venir a Estados Unidos. ¿Y por qué lo digo? Pues porque cada paso que demos en la vida tiene que sopesarse y han de ponerse en una balanza los pro y los contra. Y muchas veces no siempre se gana o se avanza cuando decidimos llegar indocumentados y comenzar de cero.
Las ventajas que podrían obtenerse de vivir en Estados Unidos no son verdaderamente aprovechadas por la mayoría. Los hijos de los inmigrantes latinos suelen abandonar la escuela antes de haberse graduado de secundaria, y al final lo que sucede es un híbrido, gente que vive aquí pero que no se integra, que continúa con los hábitos del rancho, con la mentalidad de rechazo que les produce la cultura americana.
Por eso, la mejor forma para combatir la nueva ley que intentan implantar en Arizona (y quién sabe luego a dónde más) es despertar del largo sueño de la indiferencia y meternos de cabeza en el entorno. Estudiar, estudiar y estudiar son las tres fórmulas del éxito en éste y en cualquier otro sitio del mundo. Las drogas, las pandillas, la ignorancia, la cultura marginal de barrio van a llevarnos sólo al fracaso como individuos y como comunidad. Y a la cárcel.
Los hispanos debemos primero que nada tomar la mano de Dios y dejar que Él guíe nuestras vidas, que haga posible el sueño de ser y estar. Dos cosas incompatibles para muchos.
Vendrán cambios, se los aseguro, y habrá oportunidad de lograr la tarjeta de residencia y la ciudadanía para aquellos que cumplan los requisitos. Habrá cambios, a pesar de los enemigos y los racistas, porque éste gran país no puede darse el lujo de tener millones de indocumentados en su territorio. Así que prepárense para estar a la altura de las circunstancias cuando ésto suceda muy pronto. Pero ahora, por el momento, aprendan a ganarse el derecho a ser respetados. Dios está siempre de parte del hombre y la mujer honestos y es su refugio y su salvación, como nos asegura el Salmo 91. Tengan Fe en el Nombre de Jesús.

NOTA: Le ayudo con sus problemas de Amor, Salud y Prosperidad, a través del Amor de Dios, de su Espíritu. No deje de consultarme y encontrará la respuesta a todo lo que lo aqueja hoy. Llámeme para una consulta por teléfono. Marque a cualquier hora el (786) 975-5709. O escrìbame a BelkisBell@Aol.com.

domingo, 17 de enero de 2010

El Cristo de Espaldas: ¿a quién mira?

Belkis Cuza Malé

En diciembre murió en Key Largo, Florida, mi amigo Tomás Fundora, pintor, escritor y compositor, autor de la internacionalmente famosa canción *Feeling*, y pintor del ya célebre cuadro El Cristo de Espaldas. Como homenaje a su memoria publico ahora este artículo orignalmente escrito en octubre de 2002. En paz descanses, querido amigo.

*Los caminos de la fe siempre se encuentran en un punto de luz. Y el pintor cubano Tomás Fundora lo sabe quizás mejor que nadie. Un cristo suyo, pintado en horas de crisis en 1962, le trajo una fama insospechada, al tiempo que despertaba la fe en miles de creyentes. El Cristo de espaldas, un misterioso óleo que sin saber cómo pintó sobre otro tradicional que ya había creado para su madre, ha cambiado su vida y la de miles de personas.
Esos miles son ''los seguidores'', una especie de asociación de creyentes que proclaman milagros y dicen haber visto cómo Este se colocaba de frente a ellos, y movía la cabeza. Por supuesto, la controversia no ha dejado de acompañarle desde que Fundora lo pintase en 1962, llevado quizás de la mano de algún ángel.
Pero El Cristo de espaldas, cuya devoción crece cada día, tiene luz propia y ha dejado de ser la obra de un pintor para convertirse en la imagen que aquí y allá hace milagros y cuyo rostro algunos incluso creen ver entre la larga cabellera. Nada extraño, si pensamos en muchas de las vírgenes que adoran los devotos, obras en buena medida del pintor Murillo.
En Cayo Largo, donde se estableció después de muchos años en New York, Tomás Fundora abrió su propia galería de arte, y continúa pintando, pero ahora el paisaje y la brisa marina, tan parecidos a su Cuba, le hacen crear cocoteros, palmas, poncianas florecidas. Ese ámbito familiar de la memoria que es el trópico.
Muchos fueron los tropiezos que encontró Fundora desde que pintó El Cristo de espaldas, pues ha habido de todo, hasta agresiones; como cuando entraron a su estudio en New York y le rompieron las manos, en venganza por considerar que había profanado a Cristo con una imagen blasfema. Incluso el cardenal Spellman de Nueva York fue uno de sus peores críticos y le advirtió al artista que podría ser excomulgado. Pero siendo Fundora metodista, la amenaza no podría cumplirse.
Otros artistas han tenido experiencias insospechadas con su labor creativa. La Mona Lisa es un buen ejemplo de cómo, guiado por una mano secreta, el pintor puede ser el primer sorprendido con su obra. Leonardo de Vinci tenía el encargo de pintar a una dama de la corte, pero no se sabe por qué la dotó de esa enigmática sonrisa que algunos consideran la de un joven mancebo, y, otros, la del propio De Vinci.
El Greco alargaba sus figuras, con el propósito quizás inconsciente de acercarlas al cielo, de sugerir la ascención hacia las alturas, o, por el contrario, el descenso hacia la centrífuga del averno, allá en el fondo de la tierra. Pero no eran éstas figuras blasfemas. Como lo serían las de Salvador Dalí, que usa el arte para recrear la vida con la imaginación de un demiurgo.
Pero volviendo a El Cristo de espaldas, de Tomás Fundora --que ya comienza a ser conocido en Cuba y a tener ''seguidores'' entre los de la isla--, es a simple vista un Cristo ubicuo, que lo mismo nos sirve a nosotros, los cubanos de Estados Unidos, para tornar los ojos a la isla y mirarla con ojos expectantes; como por el contrario, a los que radican en Cuba, al mirar hacia el norte como destino trasitorio. Un Cristo que como faro de luz, vela también por esos hijos que se lanzan al mar en busca de libertad.
De modo que a El Cristo de espaldas le sucede lo mismo que al pueblo cubano de ambos lados; es un Cristo que desde donde quiera que mire, lo hace con la fe del que espera un milagro. Nosotros todos, convertidos ya en ''los seguidores'' de ese misterioso Cristo de cabellera al viento, cubierto con túnica blanca y manto color vino, sólo esperamos por la señal para verlo caminar sobre las aguas... y seguirlo.*

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