sábado, 28 de agosto de 2010

A DIOS NO LO ASUSTAN CON HUEVOS

Belkis Cuza Malé

Escribo hoy este artículo por segunda vez. Cuando ya casi lo finalizaba, de súbito, se apagó la computadora. No me alteré, no grité, pero proclamé en cambio, el poder de Dios. Sabía que el Demonio había puesto su dedo en la computadora, intentando apagar mi mensaje a ustedes. No lo ha conseguido, sencillamente porque Dios todo lo puede. El espíritu de destrucción y negatividad no ha prosperado. El Señor Jesucristo ha intercedido ante nuestro Padre Celestial, a petición mía, y aquí estoy de nuevo, escribieindo este artículo para ustedes, queridos hermanos. Con Fe, con la fe que me concede el poder de Dios dentro de mí, pues he sido creada a su imagen y semejanza.
¿Y saben de qué les hablaba cuando la computadora se apagó?, pues sencillamente de ese poder. Les hablaba de algo que todos sabemos pero a veces olvidamos: que Dios es Amor. Amor infinito. Que Dios todo lo puede. Y que nuestra mente tiene que ponerse en sintonía con ese poder y desatar su fuerza sobre las fuerzas del mal.
Les decía que no hay nada que prospere en contra de la Fe, si la activamos, si nos ponemos en manos de Dios, si caminamos de su mano. Dios es Creatividad, sol y luna, cielo y azul. Y Dios está en ustedes todos llenándolos de amor. Salvemos el Amor, empecemos la mañana con Amor, y terminemos el día con Amor. ¿Y esos enemigos solapados que siempre tenemos?, me preguntarán. ¿Y esos que han hecho cosas contra mí, que han pagado a un brujo para que nos entierre en el panteón?, como dicen algunos de ustedes. ¿Y esos que han tirado huevos a nuestra puerta o a nuestros carros y nos odian y meten cizañas contra nosotros? ¿Cómo no voy a odiarlos?
Pues NO, sencillamente No. En lugar de odiarlos les digo: enviénle un pensamiento de Amor, de amor en Cristo. Perdónenlo 70 veces 7, perdónenlo, dijo Cristo, hasta el infinito. Un pensamiento de Amor recorre el espacio a más velocidad que la luz, está probado, y desarma a cualquier enemigo, y hace huir al Demonio. Lo ata. Atemos al Demonio, atemos a los espíritus del mal que nos rondan, que están intentando hacer daño todo el tiempo. El poder de Dios está dentro de nosotros, activémoslo.
Hoy, póngase el escudo de Dios, más poderoso que cualquier escudo de acero. Salga a la calle con su escudo. Sea todo amor. Sonría, envíe pensamientos de amor a diestra y siniestra. Recuerde llevar también en su bolsa, en sus autos, una copia del Salmo 91. Y de leerlo cada mañana.
Les comentaba también que somos lo que pensamos, somos lo que comemos, somos lo que querramos ser. Hay que limpiar la mente de pensamientos de odio, de negatividad, de envidia, de rencores, de palabras ociosas. Hay que llenar los ojos con la belleza del paisaje, con todo eso que Dios ha creado para nosotros.
Cuando usted manda un pensamiento de amor a ese supuesto enemigo, esa persona se siente inmediatamente tocada por el poder de Dios y comienza a reaccionar distinto. Comienza a poner en su mente una idea diferente acerca de usted, y se deshacen los resentimientos y las amarguras. A veces somos demasiado impresionables, incluso paranoicos. Vemos enemigos en todas partes, creemos que nos están mirando con envidia, que nos desean lo peor. Y a lo mejor no es cierto, es sólo producto de la inseguridad que a ratos nos acompaña. Desee todo lo bueno al otro, al supuesto enemigo. Dígale mentalmente: te amo con el amor de Cristo. Regálele una sonrisa. Tiéndale la mano, y si se presenta la ocasión dígale a esa persona: perdóname si te he ofendido.
¿Que no quiere o no puede darle la mano a su enemigo? ¿Que no se siente con valor ni ganas de hacerlo? Pues sepa que no se está humillando ante el otro, solamente está haciendo lo que Dios dice, perdonando. Sin perdón no hay amor. Y no diga como dicen por ahí: está bien, perdono pero no olvido. Si no olvida no estará perdonando. Olvidar es perdonar.
Vuelvo a lo del poder de Dios. Con Dios, con su infinito amor, todo lo podemos. Sólo que hay que acitivar ese poder dentro de nosotros. Dios quiere su felicidad. Dios no ha enviado al mundo esta crisis económica, Dios no le ha quitado su trabajo, ni sus casas, ni sus automóviles. Dios, amigo, no lo ha enfermado.
Dios le dejó al Espíritu Santo cuando Jesús se marchó. Y ese Espíritu Santo habita en nuestro cuerpo. Póngase a pensar en ese sitio que es la casa del Espiritu Santo. ¿Está limpio, lo barrió esta mañana del polvo, le dio de comer un alimento sano, llenó su mente de buenos pensamientos, oró al levantarse? Si la respuesta es positiva, si su cuerpo y su mente están libres de negatividad, y en cambio se ha llenado con la presencia de Dios, con su poder, tenga la seguridad que el Demonio nada podrá contra usted. Nada.
Prepárese para la jornada del día activando el paisaje de Dios. Mire por la ventana y contemple todo lo que El ha creado para nosotros: árboles, cielo, estrellas, ese sol y también esa hermosa nieve o lluvia. Todo. Bendiga con su pensamiento lo que le rodea. No importa si hay nubarrones en el cielo. !Qué hermosos nubarrones, que traerán luego la lluvia y tras la lluvia, la paz y la serenidad del paisaje! Dígase que hoy es más rico que ayer, y más saludable, más feliz. Así lo quiere ver Dios, rebozante de salud y de prosperidad física y espiritual. Lo quiere bueno y lleno de riquezas, las que El ha creado para usted.
Mientras activaba el poder de Dios sobre mi computadora, abrí la BIblia y encontré que tenía marcados unos versos del profeta Isaías que sin duda eran el mensaje que yo necesitaba del Señor. Decía: Esperaré, pues a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.
Pues, ya ven que mensaje tan oportuno. Así es el Señor, siempre hablándonos, enviándonos su Palabra. Pues que les sirva a ustedes también, para deshacer todos los temores, todos los miedos, y puedan ser felices todos los días de una larga y próspera vida caminando de la mano de Dios.
Gracias, Dios mío, porque devolviste vida a mi computadora y permitiste que pudiera hacerle llegar este mensaje de tu poder a todos mis queridos lectores.
Y para ustedes, gracias también por leerme, y muchas bendiciones.

Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos,
sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al (786) 975-5709 y oraré con ustedes. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
Les invito a que me visiten en mi blog: http://www.belkiscentrodeesperanza.blogspot.com/

martes, 24 de agosto de 2010

Volver a Dios
Belkis Cuza Malé

Hoy sé más que ayer, pero menos que mañana, me dijo alguien querido hace algún tiempo. Y me gustaría aplicar esa frase a nosotros mismos y preguntarme: ¿Soy mejor que ayer, y no tan buena como mañana? Atrás han quedado las sombras, siempre las hay. Otros dicen que mejor es vivir en el pasado. Mejor es vivir en Dios, digo yo.. Y para vivir en Dios hay que asumir dos cosas: que existe y que le amamos y lo obedecemos.
Hoy parece, sí hoy, que no son muchos los que lo obedecen. Sólo hay que voltear la cabeza: horror y pena alrededor, odio y envidia. Violencia. Lenguaje pornográfico. Amor prostituido. STOP, me digo a mí misma. Y me impongo el silencio.
Hay que cerrar la boca, el pico, como dirían los más vulgares, y centrarnos en Dios, que es esa luz positiva y divina que se cuela por la rendija del alma y que si la dejamos entrar nos da la sanidad y la plena satisfacción de vivir.
Pero hoy, más que mañana, tendemos a estar miedosos, deprimidos, tontos y lelos, como si no tuviésemos cerebro para llevar algo más que un sombrero, ni voz para cantar. Mientras podamos cantar, no importa si desentonamos, mientras podamos oir la música que baja del cielo, mientras podamos ver el paisaje cargado de colores y la luna nos regale su tesoro y el sol alumbre y derrita la nieve, nuestra mano, guiada por Dios puede transformar en felicidad toda la pereza que nos ha llevado a la depresión.
El pasado es nostálgico como un atardecer, que luego desaparece en lontananza para que amanezca. Hoy es un día nuevo, y todos los días son nuevos, como nuevo y eterno será el futuro. Porque hay vida eterna para todos los que aman, para aquéllos que hacen el bien y ayudan a los demás, incluso con una sonrisa, o un beso. Si no sabemos poner la mano sobre el hombre que sufre, si no sabemos perdonar, si no sabemos sonreir con cada amanecer o cada atardecer, incluso con cada día gris, lleno de sombras, habremos perdido nuestra capacidad de crear vida.
Por eso, mis queridos lectores, mis queridos hermanos, les propongo ahora, ahora mismo la lectura del Padre Nuestro. Esa joya que nos dejó Jesús para orar cada día. Si usted desea llenar su espíritu, le propongo que repita en voz alta, concentrándose en las palabras, en lo que dice, quince o las veces que desee, el Padre Nuestro. Esta es una oración directa al Padre Celestial. Léanla ahora, en el Nombre de Jesús:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos,
sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al
(786) 975-5709 y oraré con ustedes. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
Amén