jueves, 27 de septiembre de 2012

  

¿ERES UN AGUILA?
 

manuscritos más antiguos

Belkis cuza Malé
 
        Una amiga me había escrito esta mañana, y me pareció tan hermosa la descripción de su estado de ánimo, y tan afín con el mío, que le dije que iba a citarla en este artículo.  Y aquí va. Dice ella:
 
        "Voy caminando como son los dias, que amanece, sale el sol, nos alumbra, nos da calor, oscurece, sale la luna, nos adormece y damos gracias por esos alimentos. Me siento como un águila, planeando desde inmensas alturas y observándolo todo ante este renacer de paz. No podemos vivir dependiendo de que nos den o dejen de dar, hay que buscar por sí mismo y dejar..."
        
        Leyendo su correo pensé en esa águila que ella mencionaba y en el Salmo 103, por el que sabemos que Dios puede rejuvenecernos como hace con estos animales, y también saciarnos de larga vida.  Y fui a investigar cómo se producía ese proceso en las águilas, cómo renacían, y para mi sorpresa encontré este artículo anónimo sobre los secretos de las águilas, y donde además de detallar cómo ocurre esa transformación de sus cuerpos, se describe lo que yo pensaba decirles aquí, y se cita también el Salmo 103.  He buscado por todas partes al autor de esta página de internet, sin resultado. Así que seguirá siendo anónimo hasta que aparezca quién lo escribió, quizás un ángel, pero que de seguro vive en un país de lationoámerica. Y como me ha gustado mucho, y me parece, repito, que expresa todo lo que quería decirles, se los copio para que lo lean y estudien el mensaje.
        Estamos necesitados de transformar nuestras vidas, de arrancarnos la antigua piel, lo que nos esté impidiendo volar y remontarnos a las alturas, de modo que podamos ser como esa águila en la que mi amiga dice sentirse plena ahora.  La vida pesa como un fardo si dejamos que el Maligno nos gobierne, si dejamos que nuestra mente esté cautiva de sus malas vibraciones y energías. Si esperamos que los demás nos amen para ser  felices. 
        La transformación ha de ser total, no sólo del cuerpo, sino del espíritu, pues no hay cuerpo que resista un espíritu enfermo, sin la presencia de Dios. Si el cuerpo se ha dejado atrapar por los vicios, la lascivia, las drogas, el alcohol y los pecados, Dios estará ausente de ese espíritu.
         No quiero seguir la prédica, sino recomendarles que pongan atención a lo que señala aquí el autor de este artículo, "Los secretos del aguila", de seguro un cristiano:

"El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión. 
A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se hace ya tan difícil! Entonces, el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durara 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo.
Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas.
Cuando las nuevas uñas 
 a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.
Situaciones parecidas nos suceden a lo largo de la vida. Hay momentos en que parece que ya hemos dado en nuestro trabajo, familia, comunidad, 
 todo lo que teníamos. Pareciera como si hubiéramos agotado nuestra creatividad y que ya no tuviésemos mucho que aportar.
Nuestra vida suele verse gris y envejecida. ¡Estamos en un punto de quiebra! O nos transformamos como las águilas o estaremos condenados a morir. La transformación exige, primero, hacer un alto en el camino, tenemos que resguardarnos por algún tiempo. Volar hacia lo alto y comenzar un proceso de renovación.
Solo así podremos desprendernos de esas viejas uñas y plumas para continuar un vuelo de renacimiento y de victoria. Y ¿cuáles son esas plumas y uñas de las que tenemos que desprendernos? Pues, cada uno puede identificarlas fácilmente en sus vidas: son aquellas actitudes, vicios y costumbres que nos impiden el cambio, que nos atan al pasado, a la mediocridad, a la falta de ánimo para empezar la lucha.
En otros puede tratarse de resentimientos, complejos, baja o alta autoestima, que nos nublan la vista y la capacidad de ser objetivos con nosotros mismos. Debemos desprendernos de costumbres, tradiciones y recuerdos que nos causan dolor. Solamente libres del peso del pasado podremos aprovechar el resultado valioso que una renovación siempre trae.
Es increíble descubrir en la Biblia, que ya el salmista (1000 a 800 años antes de Cristo) conocía el secreto de las águilas:
"El perdona todas tus culpas y sana todas tus enfermedades. El rescata tu vida de la tumba y te colma de amor y de ternura, sacia de bienes tu existencia, y te rejuveneces como un ÁGUILA".  (Salmo 103: 3-5).


 
        Ne gustaría invitarlos a que se sumen a este proceso de cambio, que me sigan en mi deseo de aprender del águila a renacer en Cristo, a ser una persona distinta, llena de amor por lo que Dios nos ha dado, agradecidos por sus bondades. Porque Dios, como dice el Salmista, está dispuesto a rejuvenecernos, física y espiritualmente.
        Yo quiero ser un águila:  ¿Y usted?
 
Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos, sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al  (786) 975-5709  y oraré con ustedes. Y les daré Palabra de Profecía. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.

martes, 18 de septiembre de 2012


Señorita corazones solitarios
 
Belkis Cuza Malé
  • Sería la señorita corazones
 
En 1933 un joven escritor llamado Nathanael West publicó una novela cuyo sugestivo título quedó grabado para siempre en la mente de muchos norteamericanos de la época.  West muríó junto con su esposa en un accidente automovilístico siete años después y aunque fue un innovador en el campo literario, tal parecería que lo único que le sobrevivió fue el título de su novela, ese Señorita corazones solitarios.  Años después se hizo famosa en los periódicos de este país una columna sindicada bajo ese título, y recuerdo que un periódico de La Habana, a finales de los cincuenta, la publicaba en español donde el autor (no me pregunten el nombre, porque no lo recuerdo), daba consejos a todo el que le escribiera, principalmente a las muchachas desesperadas que solicitaban ayuda con sus problemas amorosos.
        En esa época todavía no se hablaba en la prensa sobre sexo o intimidades entre parejas, pero el autor de la columna era muy popular porque aconsejaba sobre toda clase de temas: fracasos sentimentales, divorcios, y claro, sobre la soledad y la depresión.
        Holy día, aunque los columnistas han incorporado los problemas sexuales y se escribe abiertamente sobre temas hasta hace unas décadas tabús, la soledad y la depresión siguen ocupando un espacio primordial en los problemas de hombres y mujeres.  Y no estamos hablando de la soledad en ancianos o personas que no comparten su vida con una pareja.  Sino de los jóvenes que se sienten solos, que buscan compañía donde no deberían, que toman drogas para escapar de la soledad o porque no saben salir de la depresión.
  • La señorita Anita
        Señoritas y señoritos corazones solitarios pidiendo a gritos amor: amor de familia, amor romántico o amor hacia ellos mismos.  Señoritas y señoritos que en la época de la revolución tecnológica, con un teléfono celular en el bolsillo, se sienten irremediablemente solos, perdidos.  Señoritas y señoritos que no gustando de su piel se llenan el cuerpo de tatuajes con mensajes oscuros, a veces siniestros.  Mensajes que claman a gritos también por el amor y la compañía que no tienen.  Señoritas y señoritos que se perforan los labios, la lengua, las orejas, y hasta las partes íntimas de sus cuerpos con aretes y metales como lo hacen los primitivos habitantes de las tribus. Símbolos decadentes de una sociedad en quiebra, de un mundo donde reina el Maligno, donde los valores morales y, hasta los estéticos, están en franca retirada. Un mundo lleno de violencia.  Un mundo que grita su soledad y su angustia, sin que sepa cómo salir del atolladero en que se encuentra.
        Han perdido las huellas de Dios, el camino que los lleva a su encuentro, y en su lugar les han abierto las puertas al Demonio.  Así de simple y terrible.
        Algunos que me lean pensaran que es ridículo hablar del Demonio en estos tiempos. cuando el ser humano ha logrado conquistar planos superiores de inteligencia, cuando ya hemos pisado la luna y nos dirigimos a Marte.  ¿Quién es el Demonio, qué rostro tiene, cómo podemos reconocerlo? ¿Acaso es ese tipo vestido de rojo de la cabeza a los píes, con un tridente en la mano para echarnos en su caldera?  No, el Demonio hoy se viste con trajes de diseñadores, Prada o Ralph Laurent, o cualquier otro, y bebe champange en finas copas de bacarat.  Juega a la bolsa y por supuesto, está en Facebook, como todos nosotros.
  • a la señorita enfadada y a
        Cuando la soledad se instala en el alma, cuando no vemos salida, cuando la depresión nos invade como una plaga de mosquitos, cuando la angustia existencial nos atrapa con sus garras, tenemos que hacerle frente del único modo posible: orando, pidiéndole al Señor Jesucristo que nos libre de todo mal, que nos ayude a sobrepasar la crisis.  Volviendo a Dios, a su Palabra. Oyéndolo cuando nos habla.
    El miedo es un arma del Demonio, un dardo que no sabemos cómo controlar a fin de que no nos toque.  Pero el miedo persiste, está ahí, nos hace temblar, nos da palpitaciones, y las manos nos sudan: miedo a estar solos, miedo a la vida, miedo a la enfermedad, miedo a la muerte, miedo a la miseria, al desamparo, a lo desconocido. Miedo, miedo, miedo a todo.
    Una cosa es estar solo y otra sentirse solo. Nunca estará solo si abre su corazón a Dios, si deja que El le tome de la mano y lo guíe hacia los lugares de esplendor y luz que existen dentro de nosotros. Si habitamos al abrigo del Altísimo, como dice el Salmo 91.
    Si se siente solo, o sola, si piensa que su pareja no lo ama, si todavía está sufriendo la soledad que experimentó cuando era niño, el abandono de sus padres, o de su esposo/esposa, vuelva sus ojos a Cristo, lea los Evangelios, repita como loco los versículos que están ahí para darle fuerza a su fe y salir adelante. Porque todo lo podemos en Dios, que nos fortalece.
 
Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos, sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al  (786) 975-5709  y oraré con ustedes. Y les daré Palabra de Profecía. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
Les invito a que me visiten en mi blog: http://www.belkiscentrodeesperanza.blogspot.com