LA TIENDA DE REGALOS DONDE VENDEN SONRISAS POR NAVIDAD
Belks Cuza Malé
Me hubiera gustado vivir en Belén en los días en que iba a nacer el Mesías con sus Buenas Nuevas. Me hubiera gustado mirar a lo alto y descubrir ese lucero que guiaría a los tres Reyes Magos con sus preciosos regalos. Me hubiera gustado ser uno de esos pastorcitos que merodeaban alrededor del pesebre, y vigilar el sueño del bebé.
¿Pueden ustedes imaginar la escena: un parto en aquellas condiciones, en una cueva o pesebre, compartido con los animales? Hasta esa localidad habían huido los aterrados padres de Jesús ante la amenaza que se cernía sobre todos los recien nacidos, decretada por uno de los mayores asesinos de la historia. Durante ese tiempo, miles de niños recien nacidos fueron sacrificados ante el miedo de que fuese a nacer el Mesias. El Rey Herodes, cruel como muy pocos, no pudo sin embargo lograr que los Reyes Magos le informaran dónde estaba el Niño Jesús.
Pero los siglos han pasado, y Belén es hoy una ciudad visitada por turistas, habitada por árabes, cristianos y judíos que conviven, o mal conviven, en zona no muy estable, como sabemos, debido a confrontaciones bélicas en todos esos territorios. Aunque sigue siendo, por supuesto, un sitio de obligada reverencia por los cristianos todos.
No dejo, sin embargo, de pensar en ese nacimiento de Jesús, en los parajes que rodeaban su llegada al mundo y en lo hermoso de su mensaje. Jesús, el Hijo de Dios, naciendo en un pesebre, él, un reyecito inmortal. Todavía algunos no han entendido su mensaje, todavía otros no lo han aceptado en su corazón, como esa estrella que ha de guiarnos hacia el Reino de los Cielos. Un reino que estaba llamado a ser no sólo morada después de la muerte, sino paraiso en la tierra.

Muchos se vuelcan en las tiendas para las compras navideñas, buscan rebajas, gastan los pocos ahorros en objetos destinados a regalos. Y está bien, es hermoso dar aunque se tenga poco o nada, pero más hermoso es dar en Nombre de Jesús. Cualquier cosa es buena y bendecida: desde un lujoso regalo (para los que disponen de los medios) hasta una sonrisa llena de amor por el prójimo. Dar es recibir. Y una sonrisa es también un rayo de amor y de luz que viaja a velocidades infinitas al corazón de la otra persona.
Se me ocurre que me gustaría tener una tienda donde se vendan sonrisas. Sonrisas para celebrar la llegada de Jesús a la Tierra, envueltas en villancicos, con campanitas redoblando la buena energía del mensaje, con lazos rojos adornando las cajitas de regalos.

De modo que el día de Navidad, reunidos junto al árbol, abra los regalos y no deje de dar gracias a Dios, a ese Niño Jesús que en su nombre se siguen haciendo todos los milagros cotidianos.
¿Ya abrió ese regalo especial, esa linda cajita que atesora una sonrisa para usted? Es mi regalo para cada uno de ustedes, queridos lectores, queridos amigos.
!Feliz Navidad y muchas bendiciones!!!
Nota: Si necesitan ayuda con sus problemas, si están deprimidos, faltos de amor, solos, sin trabajo y esperanza, por favor, comuníquense conmigo a cualquier hora al (786) 975-5709 y oraré con ustedes. Y les daré Palabra de Profecía. O enviénme un mensaje a BelkisBell@Aol.com. Con Dios todo es posible.
Les invito a que me visiten en mi blog: http://www.belkiscentrodeesperanza.blogspot.com
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