domingo, 22 de noviembre de 2009

EL COFRE DE LOS RECUERDOS

Belkis Cuza Malé





















No es bueno, ni sano, ni productivo, vivir en el pasado.Y sé que hay gente que incluso encuentra placer en esta actitud. Como si el pasado estuviera más vivo que el presente. Como si la vida misma no fuera más que un pasado eterno.
Los que viven en el pasado olvidan vivir, es todo. Detienen el reloj de la existencia, de modo que no generan buenas energías alrededor de ellos, sino esa oscura memoria que, como polvo de azar, suele cubrir todo lo que ya no esta vivo.
El pasado debe ser respetado y mantenido donde está, que es el sitio que le corresponde. Los metafísicos aseguran
que el pasado existe, pero en otra dimensión de tiempo y espacio, y todo lo que ha sido está ahí, vivo. Quizás la teoría de la Relatividad, que descubrió el gran Einstein, ese fabuloso cientìfico, pone mejor que nada las cosas en su sitio. Dice Einstein que todo está sucediendo al mismo tiempo. Pasado, presente y futuro. Pero claro, a diferentes niveles o escalas. Como si la existencia fuera eso, algo que se desenvuelve en varias capas de energía.
Pero, amigos, el pasado puede enfermarnos, ser una costra que nos impida el mejor desenvolvimiento, pues la energía se hace densa y perezosa cuando no la activamos. Como agua estancada de una piscina, que se llenara de algas. Así es el pasado.
Y muchos, especialmente las viudas, suelen vivir en el pasado, atesorando objetos que pertenecieron a sus esposos, añorando cada momento de sus vidas compartido con esa persona que ya no está. Y también los ancianos tienden a mantenerse en el pasado.
El presente es un regalo, amigos. Por eso se llama Presente, que es otro modo de nombrar un regalo. Viva en el presente eterno y fórjese una vida distinta, alimentada con pensamientos y metas, con ilusiones, con aromas. Si quiere descubrir cuán presente vive usted rocíe cualquier perfume en su hogar. Ponga a hervir una vasija con agua y cuando esté a punto eche varias ramas de canela, pétalos de rosa, menta, verbena, o aceite de patchulí. Su hogar se inundará no sólo con el aroma de ese potpurri de olores, sino con las buenas vibraciones. Enseguida se sentirá lleno de una energía nueva, renovadora, porque existe la ciencia de la aromaterapia, que es el modo de cambiar nuestro estado de ánimo a través de los olores, de las esencias.
Vivir en el presente es el único modo de lograr nuestras metas del futuro. El único modo de visualizar lo que deseamos que pase ya. El futuro es siempre el presente, no lo duden. Recuerden además que Dios creó las leyes espirituales, y una de éstas es que todo lo que hacemos, bueno o malo, retorna con la misma intensidad. Como una pelota lanzada contra una pared. El futuro es pues el fruto inevitable del presente. Pero sólo viviendo en este presente eterno lograremos triunfar sin que nos acose la depresión, la melancolía, el miedo o la ansiedad. Enfrascados en vivir cada minuto de este presente, nuestra mente se orientará hacia lo positivo y logrará hacer que la fuerza interna que vive en nosotros, el poder de Dios, nos impida caer en el vacío..., que es el pasado.
No importa cuán difíciles aparezcan hoy sus problemas. No piense en ellos, piense en la dicha de vivir a plenitud, de poderle dar gracias a Dios por la salud y todo lo que tiene. Aunque no la tenga de momento. Sólo diciendo y reafirmando que tiene salud la logrará. Y de seguro que si hace un recuento de lo que posee llegará al convencimiento de que es usted una persona afortunada. Tan afortunada como que Dios le ha dado la vista para que pueda leer esto.
Les sugiero un ejercicio muy útil para vencer el mal hábito de vivir en el pasado, incluso si no tiene plena conciencia de ello. El pasado es pasado, y hay que ponerlo a buen recaudo, en una caja fuerte, como la que se usa en los bancos, o guardarlo en una caja de zapatos.
Por tanto, les invito a que se hagan de una caja vacía de zapatos y una vez que estén a solas, en un lugar donde se sientan relajados, comiencen este ejercicio, tan fácil, que les parecerá un juego, pero no lo es: vayan depositando allí uno a uno los recuerdos, las ideas que se agolpen de súbito en su mente. Sacudan sus manos dentro de la caja, no sólo para descargar esa energía negativa, sino para echar allí dentro todos y cada uno de los recuerdos y las memorias que nos han acompañado hasta ahora. Pueden incluso añadir a la caja algunas fotos de familiares que ya no están, que han emprendido el viaje a la eternidad. Se sentirán verdaderamente relajados tras cerrar y guardar esta caja de zapartos, ahora convertida en cofre de la memoria. El cofre del pasado. Un cofre valiosísimo, más que el oro, y que vamos a situar en el lugar que le pertenece: el pasado.

NOTA: Le ayudo con sus problemas de Amor, Salud y Prosperidad, a través del Amor de Dios, de su Espíritu. No deje de consultarme y encontrará la respuesta a todo lo que lo aqueja hoy. Llámeme para una consulta por teléfono. Marque a cualquier hora el (786) 975-5709. O escrìbame a
BelkisBell@Aol.com. GRATIS PARA LOS QUE NO TIENEN UN CENTAVO.

1 comentario:

  1. Belkis, me ha encantado este artículo. Tienes razón, lo mejor es vivir en el presente, especialmente en esta epoca del año tan especial. Haré el ejercicio de la canela y el agua hervida y también el de la caja de zapatos. ¡Gracias!

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